domingo, 7 de febrero de 2010

No se me quita el gusanillo de ti..


La vida es una linea, una maldita linea en la que unas veces estás arriba y otras abajo, y otras veces simplemente no estás.
El truco está en saber distinguir la linea de ti mismo, en observar y tener todo casi medido al milímetro mientras dedicas un rato a arriesgar, a actuar, a hablar, ser y estar completamente a ciegas.
Yo, sinceramente, no sé muy bien si estoy contenta con mi vida en general, o conmigo misma. Sí sé otras cosas. Por ejemplo, sé que creo en la felicidad, pero no como un cúmulo de pequeños detalles que se unen y ¡plaf! A sonreir como si se tratara de una mera fotografía. Que va, la vida, mi vida, no es así.
La felicidad es sólo un detalle. Sólo uno. Un detalle pequeñito que sucede en el momento exacto, en el momento necesario, y que puede durar más o menos. Sólo que los seres humanos tenemos la extraña manía de unirlo todo. Cuando estamos tristes, buscamos rápidamente un montón de cositas pequeñitas que antes ni siquiera nos habían hecho daño, pero que ahora nos duelen más que nunca. Y tendemos a confundir eso, tendemos a confundir lo realmente importante con ese montón de detalles secundarios que se unen simplemente para no ser olvidados.
Vivimos dándole importancia a cosas que realmente no la tienen. Y somos tan sumamente egoístas que nos cuesta desprendernos incluso de lo malo.

Yo..Yo no sé. Porque unos días me despierto llena de ganas y al otro no tengo fuerzas ni para desprenderme de las sábanas. La gente me aburre, no soporto que caminen así sin más, no sé. No soporto a la gente que vive por vivir, a los que están porque tienen que estar y ya está. Y tengo un miedo horrible a que desde fuera se me vea como a ellos. Me gustan las personas, pero ya no sé si por lo que son, o por lo que quieren llegar a ser.

Antes creía que exigía demasiado a los demás, o simplemente que esperaba que todos fueran como yo. Ahora sé que nunca fue así. Simplemente pedía algo que no todo el mundo tiene. No es más que todo lo que las personas suelen dar, pero para mi era importante. No quise estar rodeada de muertos, de personas que se quejan constantemente de lo patético de sus vidas, y tampoco de personas que sonrían todo el rato intentando hacernos creer que son los más felices del planeta. Tan sólo quise gente viva, sólo creí necesitar gente que se alimentara de pequeños detalles.
Ahora sólo me atrevo a pedir un poquito más de mi cada mañana, y a veces ni eso.










1 comentario:

leave me a comment! :DD